viernes, 1 de noviembre de 2024

Prólogo

 

Un ciudadano común y corriente que mira relajadamente las noticias en televisión después de su jornada laboral habitual no alcanza quizá a dimensionar el trasfondo de los conflictos bélicos actuales ni porque las confrontaciones ocurrieran en su propia nariz y probablemente desconoce las razones ancestrales de tales disputas porque ciertos sectores con intereses en esas guerras se han asegurado de mantener oculta la verdad para llevar a cabo con menos resistencia sus planes. Más que nunca, es imperativo no olvidar ni hacer vista gorda ante lo que está aconteciendo.

La historia escrita es la versión de los vencedores de las guerras con la correspondiente omisión de una parte de los hechos, por lo que hay que averiguar también la versión de los bandos “derrotados” para entender la historia humana en todo su conjunto. Es muy sorprendente el calibre de las mentiras oficiales y el tenor de las verdades silenciadas por la fuerza.

Cuando en el libro “Conversaciones con Dios” de Neale Donald Walsch se dice que Hitler se fue al cielo, es posible estar de acuerdo con esa afirmación si se toma en cuenta que también Judas cumplió a cabalidad con su misión, ayudando a la tarea de Jesús, según la historia escrita.

La historia de Jesús también es confusa, está incompleta y se manipuló al amparo del cristianismo, una religión que ha sido utilizada como una gran pantalla para tener al mundo sumido en la ignorancia y poderlo controlar para el bien de unos pocos gobernantes traidores y sin honor.

Jesús, a la luz de todo lo escrito sobre él, fue un personaje excepcional con un impacto extraordinario en la historia de la humanidad, con una labor que se reduce al ámbito de lo creado, lo material, dentro de un contexto tecnológico y científico mundano que, por ser del plano de las formas, está por definición al margen de lo espiritual.

Este personaje ejemplar, visto a la luz de los relatos de la misión Caballo de Troya de la saga de libros de J.J. Benítez es un mensajero de lujo con apoyo logístico del mundo físico ya que “su gente” maneja tecnología extraterrestre y tripula naves espaciales que lo escoltan a todos lados en secreto. Jesús es del bando de los dioses de la materia.

Como parte de la confusión reinante en temas espirituales y metafísicos se tiende a creer que alma y espíritu son lo mismo, pero es prudente distinguir la diferencia. El alma dinamiza las formas del mundo material, es parte de lo creado y por eso puede ser sometida a la trampa de la reencarnación, un concepto que es factible aceptar al imaginar al alma bajo aprendizaje y evolución, pero el nexo con un Dios Supremo es el espíritu que nos hace eternos e imperecederos y al margen del mundo de la ilusión.

El alma es una sustancia perteneciente al ámbito de lo creado y no al plano de lo no creado, razón por la cual es parte de la rueda del karma donde opera la ley de causa y efecto, haciéndola objeto de recirculación y con carácter perecedero, a diferencia del espíritu que pertenece al plano inmaterial, de lo increado, pero permanece atrapado y cautivo en el plano de la materia a causa de una traición efectuada por una facción de espíritus que desertó del mundo espiritual para establecerse y usufructuar el mundo de la materia de forma demencial y ruin, sometiendo para ello al espíritu y forzándolo a que olvide su origen.

En torno a este asunto de la “espiritualidad” y de las almas a puertas del inicio de una grandiosa nueva era, ha surgido el concepto de la Pachamama y la idea de que todos somos uno, como algo propio del proceso de evolución conjunto, pero el desarrollo espiritual debe ser abordado desde la individualidad y no desde la unidad como nos han hecho creer. Que todos somos uno es solamente la propuesta de los dioses creadores pertenecientes al plano material y no al plano espiritual.

El espíritu original es esencialmente hostil hacia el caos ordenado de la materia, lo que implícitamente lo convierte en un guerrero dispuesto a liberarse de la materialidad. El asunto es que el espíritu está atrapado en el alma y esta alerta se levanta para los espíritus dormidos y sujetos a la soberbia “espiritual” del alma porque la cárcel no solo está afuera, sino que también está en nuestro interior.

El amor es una trampa del mundo material, una parte de lo creado, igual que el alma. El amor no tiene nada que ver con el espíritu. Los valores más elevados como el honor absoluto, la pureza total, la lealtad inquebrantable y la verdad impecable no son valores del alma sino del espíritu que, además, es frío. La calidez del amor, la compasión, la empatía y el perdón emergen del corazón, pero la genuina sabiduría enfría también al corazón. Estos planteamientos es imposible comprenderlos con la razón y se entienden solamente con el espíritu.

Descubrir que el amor es solamente el pegamento de todo en el ámbito de lo creado en contraposición al dolor como los dos motores que impulsan el juego de la evolución, desdibuja el clásico curso de milagros, sepulta el amor y la dulzura de la nueva era e incluso tumba del pedestal al dios impostor demente, psicópata y narcisista que moviliza la creación material.

Y la evolución es parte de la trampa en la que hemos caído, sin saberlo. La evolución es una necesidad del alma, no del espíritu. El yo del alma (el ego) nada tiene que ver con el yo del espíritu. El espíritu facilita la evolución del alma, lo cual no es la función del espíritu. La función del espíritu no implica las emociones ni la razón, ni siquiera la consciencia, sino la conexión con el origen. Lo que más nos han drenado en este mundo es la voluntad, precisamente la misma que nos puede salvar.

¡Enhorabuena!

Existe un lugar en el universo donde hay seres dormidos capaces de despertar y enfrentar a los dioses de la materia.

¡Bienvenidos al planeta Tierra!

El amigo Matías de Stéfano dijo en alguno de sus discursos que la Tierra es uno de los tres planetas más interesantes del universo y ahora es posible entender por qué.

¡A disfrutar de este relato!

Se aproxima el momento de la última batalla de una guerra en la que el ser humano enfrentará definitivamente a las fuerzas que movilizan a la materia.

¿Se anima?

Índice

 

Prólogo. 13

Gnosis. 15

El demiurgo. 17

El pueblo elegido. 19

Jesús, el Cristo. 20

La Atlántida. 21

Hiperbórea. 22

La Tierra, campo de batalla. 24

Pacto de sangre. 26

Pacto cultural 28

El plan cósmico. 29

Los viryas. 31

El vril 33

El kali yuga. 34

La nueva era. 36

El yoga. 38

La sinarquía. 39

El cristianismo. 41

Cátaros y maniqueos. 43

Los íberos. 45

Los druidas. 47

La raza aria. 49

Las runas. 50

La Esvástica. 51

Cristóbal Colón. 52

La segunda guerra mundial 53

Batalla perdida, no la guerra. 55

El símbolo de la serpiente. 57

La sabiduría hiperbórea. 59

Iniciación hiperbórea. 61

El Gral y su poder 63

Agartha. 64

Epílogo. 65

 

Prólogo

  Un ciudadano común y corriente que mira relajadamente las noticias en televisión después de su jornada laboral habitual no alcanza quizá a...